
La locura es el caldo de cultivo en el que Yayoi Kusama gestó su obra. Desde pequeña sufrió alucinaciones en las que los lunares y las series eran el motivo recurrente. Ha jugado con la idea del suicidio y ha confesado que si no fuese por su obra (la espita por la que escapaba todos sus delirios) hace tiempo que hubiese acabado con su vida. Yayoi Kusama culpa de su enfermedad mental a su madre, cuyo maltrato psíquico durante la infancia le marcó de por vida.

Algo copadisimo que leí, es que cuando expuso en un museo muy conocido de Nueva York, la gente llegaba al piso donde ella se presentaba y todo estaba ambientado tal cual la foto de arriba (lunares y lunares). Dijo que para que la gente entienda su obra tendría que estar dentro de su cabeza.

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